Poesía Vitoria  16 may 2020

Canción de Navidad [autocensurada]

El Economista,
si de él dependiera,
suspendería la Navidad.
De manera cautelar,
a tomar por culo el Olentzero,
Papá Noel y el puto Almendro
que vuelve a casa.
Y el esqueleto ese del Tim Burton,
ese el primero, que va de listo.
Puede que se esté haciendo un misántropo,
más todavía,
o recientes acontecimientos,
el devenir de la vida,
le hayan hecho caer
en un pequeño bache,
de hastío existencial.
En cualquier caso,
antes que la Blanca Navidad
prefiere tus sábanas,
de cualquier color [¿Eran moradas?)
Acudir cual pastorcillo
con su humilde zurrón,
guiado por la estrella de tu recuerdo.
A entregarte sus ofrendas.
Su xxxxx xxxxx como un pino,
aunque sea uno de un chino.
Haz con ella lo que quieras,
cántale un villancico,
pero xxxxxx xx xx boca
y xxxxx como tu sabes.
No se xxxxxxx,
porque hay mucho que hacer,
mucho que adorar,
explorar, acariciar,
xxxxx, xxxxxx, xxxxxxx.
Hasta acabar satisfechos,
como aquella Navidad
que encontraste al despertar
juguetes de cristal
volarán, volarán.
Y cuando aterricen
se despedirán,
quedará una vez más
un dulce recuerdo.
El deseo, sobre todo,
de que todo vaya bien,
y, quien sabe, algún dia
repertir esta liturgia.
El Economista nunca
se cansará de amarte.



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