El otro día oí a uno en Radio3
hablando de cosas profundas, ya sabes. Decía que el pasado no existe,
que convive con el presente,
que los recuerdos no mueren,
y no sé que más.
Luego puso una canción,
algo de country,
y yo me quedé pensando.
Los recuerdos sí mueren,
cuando les da la gana,
y no se les puede matar.
Qué cabrones.
Queremos y no podemos
olvidar cosas que hicimos,
o peor, que no hicimos.
Y olvidamos otras,
y a personas,
y hay un vacío en la memoria,
un hueco,
sabes que un día estuvo lleno
de sentimientos
que te hicieron feliz.
Se fueron y no volverán,
y solo puedes
sentir el vacío, intuir
que ahí había algo bello.
Recordar no,
ese recuerdo murió
cuando a él le dio la gana.
¿Y a qué viene este discursito
del Economista?
Si él es tan materialista ...
Por las mañanas Excel y prosa
administrativa.
Por las tardes sofá, tele, cerveza,
libros y deporte
para desconectar.
No es muy reflexivo
[¿Pa qué, pa líos?)
Pero estos días se ha acordado,
todavía,
de un día como hoy,
oscuro y lluvioso,
en el que te iba a ver
y al final no pudo ser.
Y aún así estuvo bien
pensar en tí,
en besarte, acariciarte,
enredar en tu pelo,
y lo que pudiera ser
en el exiguo espacio
y el corto tiempo.