Blogs Vitoria  03 feb 2019

A vivir se ha dicho...

Mírame, estoy llena de cicatrices y de heridas. Me he caído mil veces, he tropezado unas 500 con la misma piedra y otras tantas me he dado de bruces contra la pared. He reído, me he cabreado conmigo misma, he odiado por unos minutos, e incluso horas, y me he hecho promesas que nunca he llegado a cumplir. Y no hablemos de quienes me han mantenido erguida, de quienes siempre estuvieron ahí. A ellos también les he engañado otras cuantas, también les prometí que sería la última vez, que nunca más caería de la misma forma... y... lo he vuelto a hacer. Y pensando en frío me atrevería a decir que no será la última.

Creo que ya es hora de dejar de culparnos por todo lo que nos pasa y permitimos que nos pase, y ser un poco más conscientes de que el ser humano está hecho para vivir, y eso quiere decir que sufriremos en más de una ocasión como también disfrutaremos de pequeños y grandes placeres. Se llama vida y engloba todo. Venga como venga, y hagamos lo que hagamos, estamos aquí para experimentar todo tipo de vivencias y sentimientos que nos permiten crecer como personas.

Creo que a no tropezar con las mismas piedras es algo que la vida nunca llega a enseñarnos con un para siempre.
Creo que seguiremos prometiéndoles a nuestras amigas que de verdad es esta la última vez, aunque en una semana volvamos a vernos las caras y reconocer que hemos vuelto a caer. Creo que seguiremos yendo de copas y bautizando nuestras noches como "largas horas de lecciones de vida", para luego pasar todo por alto y no llevar a cabo nunca nada. Y cuando hayamos levantado el codo repetidas veces para pegar unos tragos, lloraremos desconsoladas buscando las palabras más cercanas y algún que otro abrazo que nos tranquilice y nos calme. También se puede dar el caso que en vez de llorar nos vengamos arriba, mandemos todo al carajo y castiguemos a la vida de la misma forma en la que pensamos que ella nos castiga a nosotros, sacándole la lengua y saliendo a bailar, mandando todo a tomar viento.

La verdad que no lo sé. Me atrevería a decir que ayer fue mi última decepción y mañana será la siguiente. Que seguiré llamando a las chicas para avasallarlas con mis nuevas decepciones, confiarle mis sentimientos o celebrar mis victorias. Seguiré viniéndome abajo con los mismos tropiezos y estampándome contra la misma pared. Seguiré marcando mi alma de heridas y cicatrices, y os diré que después de tantas ya me da igual. Ahora derrapo cuando caigo, y si me pones buena música, te bailo un poco de camino al suelo. Ya no me importa la cantidad de marcas que tenga mi cuerpo y mi cara, de verdad, me da igual. Y no es que no aprenda, sino que no quiero aprender, quiero sentir todo o casi todo, aunque eso signifique llorar alguna que otra vez. Os aseguro que en todo momento he vivido, estoy viviendo y seguiré haciéndolo del mismo modo, sin pensar en qué pasará, sin miedos, sin ataduras... Y sí, creo que esta es la única forma de vivir de verdad. No seré yo la que encarcele mi alma y le prohíba sentir, prefiero arriesgar. A vivir se ha dicho.

La pequeña testaruda



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jabi Uno más de los buenos textos de Marta, con blog y face recomendable. Gracias Lenna por compartir.
03/02/2019
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