Relatos cortos Vitoria  06 ene 2019

Penitencia.

Ella le confesó su amor. Le dijo que veía su rostro allá donde miraba, que incluso se había masturbado a menudo pensando en él.
El se sintió turbado y meditó sobre lo que había escuchado durante unos minutos con vocación de horas.
Después tomó aire y con tono profesional le recitó:
“Quince padrenuestros y dos avemarías.”



0
📄 0
📊 225



Cargando