Vitoria-Gasteiz
Es necesario poner nombres a esas emociones que sentimos en un momento dado. Es fundamental pararse a averiguar, en el instante exacto, qué es lo que sentimos, respondiendo a la pregunta ¿Qué siento exactamente? ¿Ira, enfado, disgusto…? Y hay que hacerlo desde la sinceridad.
Porque la primera fase para poder gestionar la emoción sería identificarla. Es fácil reconocer emociones, las vemos en los demás. Lo que las hace complejas es el hecho de que suelen producirse varias a la vez. Podríamos decir: “me siento infeliz”, pero, ¿qué quieres decir realmente? ¿Estás: triste, enfadado, avergonzado, celoso, te sientes culpable…? ¿Cuál responde a tu sentimiento?
Llega entonces el segundo paso inevitable e imprescindible. Solo cuando identifiques esas emociones podrás profundizar, analizar y tomar decisiones al respecto. Separar e identificar las emociones me permite saber lo que siento, aprender a conocerme mejor y, partiendo de esta base, afrontar de una forma más eficaz mis retos. En definitiva, a gestionar las emociones de una manera eficiente.